Los naufragios por alguna razón tienen una dimensión poética que se vuelve atractiva al pensar y desarrollar esta temática.
En pleno Romanticismo Théodore Géricault, pintor y litógrafo, desarrolla una de sus obras más trascendentales, “La Balsa de la Medusa” que prontamente se convierte uno de los casos más discutidos en este genero. Cargada de simbolismos, lo representado en la tela proviene de un hecho real. La Medusa, fragata de la marina francesa que se hunde cerca de la costa en 1816, deja a la deriva a 147 personas sobre una precaria balsa de madera quedando con vida solo 15 tripulantes que al llegar a la orilla cuentan la tragedia. Este acontecimiento se vuelve noticia e impacta de tal manera los relatos de los sobrevivientes que Géricault al recibir su primer encargo grande, decide representar este hecho convirtiéndose así en uno de los primeros casos en donde el arte se pone al servicio de una noticia.
En la ciudad de Valparaíso los naufragios bien pueden contar parte de la historia de esta ciudad. Aún siguen apareciendo restos de antiguas embarcaciones que llegaban a la costa porteña y que no lograban su cometido principalmente debido al mal tiempo. ¿podría ser acaso una metáfora, una condición de la ciudad?. De esa manera quisimos plantear la pregunta a todos los integrantes del taller con un pie forzado, el formato horizontal de 20 por 60 centímetros desde cual se generarían obras fuera de la comodidad creativa, que muchas veces se da en un taller.
Poco a poco las obras fueron apareciendo, cada uno buscando a su manera su propio naufragio, desde las maderas, los metales y las piedras las imágenes comenzaron a llenar el taller al igual que en un mapa cuando se marcan los puntos de un naufragio.
Así esta exposición da cuenta de un trabajo que comenzamos a desarrollar a principio del 2018 y que simultáneamente es parte de un proceso que refleja el trabajo que estamos realizando hace tres años en nuestro taller de grabado inmerso un una ciudad que como todas de vez en cuando naufraga.
Esta exposición da cuenta de un trabajo incipiente que comenzamos a desarrollar hace tan solo tres años en Valparaíso, en esta muestra convergen artistas emergentes y consagrados, todos con diferentes inquietudes en torno al grabado.— Casa Plan