De Carlo Damacio Gómez
Incógnita esencial
No cualquiera se anima a buscar la Ciudad de los Césares, ni tampoco cualquiera puede sentirse como el indicado a emprender ese camino. Por sugerencia del navegante de esta aventura, me atrevo a decir que considero una suerte de privilegio ser testigo de este encuentro entre un hombre de raigambre honesta, sensible y orgulloso de los ancestros con su imaginario mitológico y su oficio en el grabado.
Las sugerencias implícitas contenidas en los mundos mitológicos, donde se pretende aquietar el entendimiento de lo que es inexplicable para poder incorporarlo y convivir con la experiencia de lo sutil, tiene todo que ver con la mirada del arte visual que pretende hacer visible lo invisible; dar cuerpo a lo incorpóreo. Me atrevo a pensar que la conjunción de estas inquietudes vitales activan la vocación asumida por Carlos Damacio, y las manifiesta coherentemente y con maestría desde la motivación disciplinar del grabado.
Abordar las incógnitas de antaño es un estimulante ejercicio en nuestro presente (futuro de antaño y pasado de nuestro futuro), donde podemos aplicar nuestra imaginación y los nuevos conocimientos en ampliar los entendimientos y, a la vez, proyectar las nuevas características fantásticas de los inminentes mitos con los que debemos convivir en el orden cósmico, espiritual y sicológico.
Su propuesta de configuraciones cargadas de sentido mitológico, con seres, espacios, acciones e iluminaciones que trascienden la narrativa, posiblemente sea algo en que estamos al debe en nuestros días; siguiendo esta línea de reflexión, también podríamos llegar a pensar que el peso de lo mitológico sea uno de los genocidios que está experimentando el hombre contemporáneo… Es por esto que valoramos y agradecemos la presencia de “Carlitos” y su obra en nuestro taller, sabemos de su entusiasmo y entrega en su hacer y en su pensar, por lo que esperamos un nutritivo cruce de experiencias que se propague con su muestra y mucho más allá.
Rafael Munita, Taller 99
Derrotero Australis / La Ciudad de los Césares
Otrora el tiempo en esta tierra
cuando en sus confines,
en la zona de Patagonia o Trapananda,
enmarcado por los astros,
se levantaba un misterioso lugar
al que todos conocían como La Ciudad de los Césares.
Situado entre el paralelo 45o a 50o latitud austral, cruzado por pampas y ensenadas
y bordeado por la Cordillera Nevada,
se erigía este reyno escondido
en el que los Césares habitaban.
En este recinto se cobijaban las más sutiles riquezas
dispersas en la amplitud de su parage,
desde diamantes y minerales
hasta los más sabrosos brebages.
Y, en el centro,
a sus dioses dedicado un templo en piedra labrada,
que protegía el valle extenso hasta la inmensidad de la mar.
Repleto de diversas criaturas,
no era un terreno fácil de penetrar.
Sin embargo, muchos le quisieron visitar produciéndose innumerables viages.
Entre estos,
el más memorable y peligroso hasta ahora ejecutado es por todos recordado como el Derrotero Australis.
Consuelo Zamorano Cadenas, 2022
Carlos Damacio Gómez
Artista Visual. Vive y trabaja en Coyhaique/ Santiago de Chile/1976.
Grabador formado con estudios de Licenciatura y Magíster en la Universidad de Chile, y actualmente de Doctorado en la U. Politécnica de Valencia.
Mi trabajo, piensa la relación entre la región de Aysén y los vínculos poéticos de la llamada “Ciudad de los Césares”.
Desde el último tercio del siglo XVI, el Grabado en Aguafuerte pasó a convertirse en el medio de impresión para la cartografía de nuevos territorios y de documentos que ilustraban su flora y fauna, así como la vida de las y los habitantes de América, y que se divulgó al resto del mundo. Invito a una reflexión crítica acerca de las imágenes con las cuales se presentaron los pueblos y el territorio austral durante los siglos XVI y XIX, desde grabados que piensan la exploración, ocupación y genocidio ocurrido con las y los habitantes originarios de la Patagonia.
IG: carlosdamacio
www.gomezvision.cl
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